Mucha gente cree que el oro y la plata se deben comprar en lingotes de tropecientos kilos. Craso error. Para empezar, como más grande y grueso sea el lingote, más fácil es que se la den con queso. Sólo hace falta coger un lingote de tungsteno y darle un baño de oro, por ejemplo. ¿Certificados? Bueno, imagínese, si ya de por sí es relativamente fácil falsificar un lingote de oro, imagínese falsificar un papelito de certificación!