Cart0
Su carrito está vacio

La inversión en oro y la importancia de una cartera diversificada

La cesta repartida

El oro físico de inversión es uno de los activos más seguros y más allá de su condición particular de activo riesgo para determinados momentos es un activo que siempre, siempre, en la larga línea de su trayectoria y su historia muestra una línea ascendente, por ello tener este producto en nuestra cartera es indispensable, pero veamos en qué medida.

Nadie debería invertir todo su capital en un único activo, tampoco entonces incluso en el oro. Que nadie se engañe para nadie puede ser positivo tener un dinero recogido y poner todo ese dinero en un sólo activo, eso no es lo recomendable en ningún caso y el oro por muy seguro que sea tampoco, pues si conjugamos la cartera, si la diversificamos, lograremos ya no sólo maximizar la seguridad de la misma, sino que lograremos crear una cartera de distintos niveles para distintos objetivos y repartida por "vasos comunicantes".

Dicho de otro modo lo anterior: con el oro ganaremos siempre, pero no siempre estaremos ganando con el oro, y para aquellos momentos en los que el oro esté estable o en fase de bajada es bueno que otros activos aporten rentabilidad a la cartera (incluso para con esa rentabilidad tomar nuevas posiciones en el oro), del mismo modo que en otros momentos será el oro el que hará de fuente de rentabilidad a los otros activos que en ese momentos estén en pérdidas.

La finalidad es el resultado

oro fiscio de inversionNo debemos nunca olvidar que el objetivo del inversor no es ganar dinero todo el rato, sino que el objetivo del mismo es que en los espacios de tiempo que se ha marcado esa cartera sea rentable, que el resultado final de sumas y restas de los activos sea positiva, y que en el transcurso se mantenga segura, y el oro nos dará ese triunfo, esa carta única y especial para lograr que ello sea así.

Los porcentajes y la composición de la cartera para lograr esos resultados dependerá de cada caso en particular y no hay una varita mágica para determinar la composición perfecta, una buena receta podría ser la siguiente:

No invertir aquel dinero ni aquellos bienes que se necesiten para nuestro día a día, o como se diría en bolsa, "no invertir aquel dinero que no esté dispuesto (ni se puede permitir) perder". En el oro no se perderá la inversión, pero no es bueno nunca invertir dinero que mañana se va a necesitar, pues como se decía siempre ganaremos con el oro, pero no todo el tiempo estaremos ganando con él.

Del dinero que sí que nos podemos permitir invertir, dedicar entre un 20-30% en el oro de inversión que pretendamos dedicar a largo plazo y un 10-15% en oro de inversión que pretendamos poder desprendernos del mismo en el medio plazo es una buena medida. Luego tener un plan de previsión también a largo plazo que nos ocupe un 30-40% más de la cartera, y el resto invertirlo en divisas como por ejemplo el dólar estadounidense con el fin de tener otro activo poderoso y líquido con el que conjugar liquidez y planificación puede ser una apuesta acertada.

La inversión en oro y la importancia de una cartera diversificada

La inversión en oro siempre ha sido una de las inversiones consideradas más seguras por todos. Invertir en oro, y específicamente hacerlo en oro físico de inversión, es hacerlo en un activo seguro, eficaz contra la inflación, la pérdida de poder adquisitivo y contra los imponderables que puedan aparecer en un determinado momento, de ahí también su consideración de activo refugio, pero ¿en qué medida me conviene invertir en oro? Analicemos la cartera ideal.

La cesta repartida

El oro físico de inversión es uno de los activos más seguros y más allá de su condición particular de activo riesgo para determinados momentos  es un activo que siempre, siempre, en la larga línea de su trayectoria y su historia muestra una línea ascendente, por ello tener este producto en nuestra cartera es indispensable, pero veamos en qué medida.

Nadie debería invertir todo su capital en un único activo, tampoco entonces incluso en el oro. Que nadie se engañe para nadie puede ser positivo tener un dinero recogido y poner todo ese dinero en un sólo activo, eso no es lo recomendable en ningún caso y el oro por muy seguro que sea tampoco, pues si conjugamos la cartera, si la diversificamos, lograremos ya no sólo maximizar la seguridad de la misma, sino que lograremos crear una cartera de distintos niveles para distintos objetivos y repartida por "vasos comunicantes".

Dicho de otro modo lo anterior: con el oro ganaremos siempre, pero no siempre estaremos ganando con el oro, y para aquellos momentos en los que el oro esté estable o en fase de bajada es bueno que otros activos aporten rentabilidad a la cartera (incluso para con esa rentabilidad tomar nuevas posiciones en el oro), del mismo modo que en otros momentos será el oro el que hará de fuente de rentabilidad a los otros activos que en ese momentos estén en pérdidas.

La finalidad es el resultado

No debemos nunca olvidar que el objetivo del inversor no es ganar dinero todo el rato, sino que el objetivo del mismo es que en los espacios de tiempo que se ha marcado esa cartera sea rentable, que el resultado final de sumas y restas de los activos sea positiva, y que en el transcurso se mantenga segura, y el oro nos dará ese triunfo, esa carta única y especial para lograr que ello sea así.

Los porcentajes y la composición de la cartera para lograr esos resultados dependerá de cada caso en particular y no hay una varita mágica para determinar la composición perfecta, una buena receta podría ser la siguiente:

No invertir aquel dinero ni aquellos bienes que se necesiten para nuestro día a día, o como se diría en bolsa, "no invertir aquel dinero que no esté dispuesto (ni se puede permitir) perder". En el oro no se perderá la inversión, pero no es bueno nunca invertir dinero que mañana se va a necesitar, pues como se decía siempre ganaremos con el oro, pero no todo el tiempo estaremos ganando con él.

Del dinero que sí que nos podemos permitir invertir, dedicar entre un 20-30% en el oro de inversión que pretendamos dedicar a largo plazo y un 10-15% en oro de inversión que pretendamos poder desprendernos del mismo en el medio plazo es una buena medida. Luego tener un plan de previsión también a largo plazo que nos ocupe un 30-40% más de la cartera, y el resto invertirlo en divisas como por ejemplo el dólar estadounidense con el fin de tener otro activo poderoso y líquido con el que conjugar liquidez y planificación puede ser una apuesta acertada.

Últimas Monedas